Mi abuela tuvo la enfermedad de Alzheimer durante muchos años, hasta que murio en el año 2010.
Es una enfermedad dura, para quien la padece, y para su entorno.
Y hoy hemos comido con la agradable y mas que importante noticia de que unos investigadores españoles pueden haber encontrado la puerta para luchar contra esta maldita enfermedad.
Un grupo de investigadores españoles del Centro de Investigación Biomédica EuroEspes liderado por el doctor Ramón Cacabelosel ha conseguido el diseño de una vacuna contra esta enfermedad neurodegenerativa desarrollada. Una vacuna que ha resultado exitosa en animales y ya ha logrado la patente para su fabricación en EE UU, donde empezarán los ensayos clínicos que en caso de ser favorables, permitirían su comercialización en ocho o diez años.
"El alzhéimer es una enfermedad incurable y hereditaria", aseguró este jueves el doctor Arturo Fernández-Cruz, catedrático de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid en la presentación de los resultados de la investigación. Y es que lo datos son preocupantes. El alzhéimer en España afecta a entre 500.000 y 1,3 millones de personas. La cifra se dispara a 36 millones a nivel mundial. Una cantidad que puede alcanzar los 115 millones en 2050. De hecho, cada cuatro segundos un nuevo caso se manifiesta. "Es una de las enfermedades que más daña nuestra dignidad como seres humanos", ha afirmado el doctor Cacabelos, director de la investigación. De hecho, es el cuarto problema de salud con mayor incidencia.
El alzhéimer provoca la atrofia y muerte prematura de las neuronas. Además, aunque el envejecimiento es un factor de riesgo, el desarrollo de la enfermedad depende del genoma de cada individuo. Sin embargo, como ha recordado el doctor Cacabelos, "existen más de 600 genes relacionados con el desarrollo de la enfermedad".
La investigación del equipo español ha logrado desarrollar la vacuna EB-101 con carácter preventivo y terapéutico. En la fase de estudio en ratones ha logrado importantes resultados. Los animales inmunizados no desarrollaron la enfermedad y en aquellos que ya manifestaban síntomas del alzhéimer antes de la vacunación, se logró reducir la evolución de este mal. "Hasta el momento, todo lo que hizo fracasar a las vacunas anteriores lo hemos evitado", ha asegurado el doctor Cacabelos. Y es que en las pruebas los roedores no se sufrieron hemorragias cerebrales o reacciones neuroinflamatorias que acabaron con los ensayos anteriores.
"Cuando la enfermedad da síntomas en la vejez, la cantidad de neuronas ha muerto es tan grande que los tratamientos terapéuticos son minimizados. Por tanto, la clave está en la prevención", ha advertido el doctor Cacabelos. Y es ahí donde actúa su vacuna que tendría que inocularse a los 35 años en casos de grave riesgos (por motivos genéticos o hereditarios) o a los 45 en historiales normales. Además, no se trataría de una sola dosis, sino que se trataría de tandas establecidas en meses. En cualquier caso, el siguiente paso es el ensayo clínico en humanos, que se desarrollará en Estados Unidos en los próximos meses.
Sin embargo, si llega a comercializarse la vacuna EB-101, no significaría la curación del alzhéimer. El propio doctor Cacabelos ha pedido prudencia al explicar que el tratamiento solo sería válida en el 40% o 50% de los casos. El resto necesitaría estrategias diferentes aún por desarrollar. Pese a ello, sería una auténtica revolución.
Ojala este solo sea el inicio del fin.
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