Barcelona'92 fue un éxito organizativo sin precedentes. Los mejores Juegos de la historia, en boca de Juan Antonio Samaranch (aunque todos los presidentes del COI dicen lo mismo en todas las clausuras de unos JJOO).
Los Juegos y la Expo sevillana permitieron a nuestro país mostrar una imagen de modernidad que acabaría con muchos estereotipos. Pero hubo más, porque la capital catalana supo aunar el esfuerzo de todas las administraciones públicas y, de paso, sacar tajada de una inversión millonaria que sirvió para dar un importante lavado de cara a una ciudad que por entonces vivía de espaldas al mar.
Ni el convulso panorama político que se vivía en el este de Europa impidió que vivíesemos la fiesta en paz. Doce de las repúblicas que integaron la extinta URSS acudieron bajo el nombre de Equipo Unificado, con la excepción de las repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania), mientras que Yugoslavia pasaba a los manuales de historia y hacían su debut países como Croacia, Eslovenia y Bosnia-Herzegovina.
Los deportistas yugoslavos 'esquivaron' las sanciones internacionales en su condición de Participantes Olímpicos Independientes. En cuanto a Alemania, participaba por primera vez de forma indivisible desde la reunificación del país.
Al final, 169 comités nacionales acudieron a la llamada del alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, gran artífice de unos Juegos que desde entonces serían un ineludible referente organizativo para cualquier ciudad que aspirase al sueño olímpico. En cuanto al número de atletas, se alcanzó la nada despreciable cifra de 9.356 participantes (6.652 hombres y 2.704 mujeres).
Porque la tradición olímpica española era más bien pobre. Hasta Barcelona'92, España sumaba sólo cinco medallas de oro en su historial olímpico. De hecho, sus mejores Juegos, en cuanto a resultados, habían sido los de Moscú'80, con un oro y seis medallas en total. Un bagaje que nuestros deportistas pulverizaron en la cita catalana con 22 preseas, incluidas, y ahí es nada, 13 de oro.
El éxito fue tal que nuestro país acabó en un impesable sexto puesto en el medallero final, sólo por detrás de las grandes potencias (Equipo Unificado, Estados Unidos, Alemania y China) y la competitiva Cuba, que arrebató el quinto a España de la mano de sus excepcionales boxeadores en el último día de competición.
La vela fue la gran protagonista de esta eclosión competitiva con cuatro oros, aunque las mayores sorpresas fueron las victorias de las 'chicas de oro' en el hockey femenino y del equipo masculino de tiro con arco.
El triunfo de Fermín Cacho en el 1.500 tampoco entraba en las quinielas y coincidió en el tiempo con la victoria de España frente a Polonia en la final olímpica de fútbol, que se disputó en un abarrotado y entregado Camp Nou.
La familia real española se involucró de manera especial en el evento, hasta tal punto que el Príncipe Felipe fue el abanderado de nuestra delegación en la ceremonia inaugural y participó en la clase soling de vela, concluyendo en sexta posición. Para el recuerdo las lágrimas de la Infanta Elena al ver desfilar a su hermano y la tensión del Rey Juan Carlos en la final masculina de waterpolo.
Los Juegos de Barcelona también pasaron a la historia por el debut del genuino 'Dream Team' americano. Por primera vez, las grandes estrellas de la NBA conformaron el equipo estadounidense, ofreciendo un espectáculo incomparable. Nadie pudo ofrecer resistencia a los Magic, Bird, Jordan, Pippen y compañía, entre otras cosas porque diez de sus doce integrantes fueron luego incluidos en la lista de los 50 mejores jugadores de la historia de la NBA.
Por último, el gimnasta bielorruso Vitaly Scherbo fue la gran estrella de los Juegos merced a sus seis oros.
Y como en unas horas comienzan los JJOO de Londres 2012, desear suerte a todos los deportistas, y gran exito a la delegacion española.
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