sábado, 22 de agosto de 2009

¿Nos gusta la fiesta?

Asturias dispone de un bar o restaurante por cada 347 habitantes, el porcentaje más bajo del país y muy por encima de la media nacional, que es de un establecimiento de este tipo por cada 461 personas.
En concreto, con una población de 1.080.128 habitantes, en Asturias hay 3.113 bares o restaurantes, lo que supone una media de uno por cada 346,98 personas, según se desprende de los datos del Anuario Económico de España 2009 de La Caixa, que recoge informes de 2008.
Junto a Asturias, destacan las medias de Baleares, donde la proporción es de uno por cada 367 y de Aragón, que es de 378; por el contrario, en la ciudad autónoma de Ceuta esta cifra supera los mil habitantes por establecimiento y en Melilla es de 661.
El estudio elaborado por La Caixa detalla que en 2008 la población española era de 46,1 millones y el número de bares y restaurantes ascendía a cien mil (la misma cifra que el año anterior), por lo que la media es de 461 habitantes por establecimiento.
Además de Ceuta y Melilla, la media es inferior en Castilla-La Mancha (620 habitantes por bar), Extremadura (536) y País Vasco (534).
En cifras absolutas, las comunidades autónomas en las que hay más bares y restaurantes son Cataluña, con 15.939, seguida de Andalucía, con 15.807, y de Madrid, con 15.248.
Por el contrario, las regiones donde menos establecimientos hay son La Rioja, con 742 -es la única con menos de 1.000-, Cantabria, con 1.309, y Navarra, con 1.310, además de las ciudades autónomas de Ceuta (73) y Melilla (108).

No me extraña que los extranjeros vengan a España de fiesta....con estos datos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues va a ser que sí: que nos gusta la fiesta. Los asturianos somos, de siempre, buenos comedores. Vamos, "fartones", por qué no decirlo. Tenemos una gran cocina, buenas tapas y mejor conversación frente a un buen plato. Los restaurantes, las casas de comida que se decía antaño y los chigres de toda la vida, por no olvidar las sidrerías, son lugares en los que, además de comer, se hacen amistades, se cierran pactos, se habla de lo divino y de lo humano, se...Vamos, que sería dificil imaginar la vida cotidiana sin esos establecimientos tan típicos, tan propios de nuestra idiosincrasia. Tal es el arraigo de estas costumbres que ni la crisis ha conseguido -de momento, claro está- privarnos del placer de un buen almuerzo o de unos culinos de sidra, si es que la economía no da para más. Y sino no hay más que dar una vuelta por Asturias para comprobar que, lo dicho, nos gusta la fiesta.